Amor por el oficio, esfuerzo y mucha paciencia.
La historia de Orulisa la conformamos tres generaciones de Liébana engarzadas por una forma genuina de elaborar el aguardiente, que transcurre tranquila desde la tierra hasta la copa sin que en dicho proceso intervengan otra filosofía que el amor por el oficio, ni otros artefactos que los propios de una artesanía secular. Orulisa funciona como nos enseñó la abuela Justina décadas atrás: con mimo a las plantas, con auténticas alquitaras de cobre para la destilación, con esfuerzo y con mucha paciencia.
Proveedores locales para un producto global.
Los proveedores de ingredientes son pequeños agricultores locales. La producción, la que se puede alcanzar sin traicionar nunca la herencia familiar. El resultado es un orujo ecológico, que recoge inconfundibles aromas y sabores de los campos cántabros y que se elabora sin otra prisa que la marcada por las estaciones.